domingo, abril 23, 2006

Reencuentro y resbalón

Era él. Pasaron 10 años para volver a verlo, y si, era él. No podía creerlo. En una década no lo había vuelto a ver, pero algo me hizo reconocerlo, aunque no estaba nada parecido a como era.

A Tomás lo conocí en una disco de Valdivia cuando yo tenía casi 15 y él casi 20. Desde que bailamos The Doors, él sin polera y yo anonadada con su rubia y fibrosa humanidad, se me quedó pegado en la retina. A pesar de que fue sólo una amistad diciochera, mi mente siempre lo guardó entre los Guachones-guachones. Pero ayer si no fuera por su súper rubio y ojos azules, no lo hubiera reconocido.

No era tan alto como lo recordaba, su piel estaba rosada por el alcohol - y se notaba que ya era una condición y no algo momentáneo- y tenía una pochera repollera...mmm not so good!

Se daba hartas vueltas alrededor, pero no creo que haya visto algo conocido en mi, sólo andaba jugoseando, y mirando, harto. Cuando se acercó al final fue un shock, efectivamente era. Cuando iba a decir su nombre yo decía metalmente "Tomás" y eso fue se oyó. Qué divertido!

Nos invitó a un after hour a su casa, pero mi registro ya lo tenía en el suelo y no quería verlo más abajo. Así que como antes con los Doors entró a mi cabeza, cuando nos íbamos pensé en esa canción y lo vi salir de su podium.

1 Comments:

Blogger galgata said...

Qué fome ah, pero por lo menos te sacaste la duda!!! lo que es casi un consuelo jeje

2:50 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home