lunes, enero 30, 2006

Redescubriendo las camisolas

Hace muchos años dejé las camisas de dormir de lado por encontrarlas ñoñas e incómodas; ocuparon el último cajón de mi clóset por mucho tiempo, y sin piedad alguna hasta sirvieron de paños para sacudir. Pero el otro día, en vista de la cuantiosa ropa sucia y los préstamos varios, no tuve otro remedio que desempolvar aquellas casi olvidadas camisolas.

La idea no me tincó mucho, pero me gusta dormir vestida, aunque liviana...(la desnudez es para otras ocaciones). Me dirigí al temido cajón del olvido y encontré varias cosas sorprendentes, entre ellas, la camisola que llevo por estos días con un bien ñoño oso navideño en el torso, y una tela algodonosa muy placentera para la piel.

Lo que mas me gustó de re-descubrir estas prendas, es lo fresquita que duermo y lo femenina que uno se ve. Ademas, así puedo encremarme en las noches con el pijama puesto y sin atados, y admirar constantemente mi bronceado.

Por separado son razones insuficientes y banales, pero juntas tienen un gran poder de convencimiento. Se los digo yo, que fui la detractora de los pijamas de género por mucho tiempo y ahora estoy fascinada.