miércoles, febrero 01, 2006

In your face, again. Arrastrada II

Chatarra Blanca estuvo en mi casa varios días antes de que pudiera llevarlo al taller, y eso estuvo altamente condicionado por quien me acompañaría en la hazaña. Amy fue la elegida (Amy es una amiga de Kentuky que vive en mi casa) y parece que no le gustó mucho la idea de manejar en Santiago. No le quedó otra, yo la miré con el mejor de mis pucheros...infalible.

Bueno, partimos como a las 10 de la mañana. Sacamos sin problema el auto de mi casa y nos fuimos optimistas, pero a las 5 cuadras tuvimos que parar por primera vez cuando se nos cortó la piola que nos unía. Esto no sólo nos pasó a las 5 cuadras, sino que también a las 10, y como en la número 30 (ni siquiera en la mitad del camino). La tercera vez fue en pleno Irarrázabal en la pista de doblaje para otra calle. Yo quería irme por vías pequeñas para no molestar pero ya lo estaba haciendo.

No me complican las labores mecánicas y sin tapujos me puse en el suelo a tratar de unir las apolilladas cuerdas. En mi mente sonaba: "puedes hacerlo, eres una mujer autosuficiente, los hombres no son necesarios". Tenía que pensarlo para que llegaran a taparme la boca: dos hombres de vehículos distintos se acercaron para auxiliarnos. Nos dieron consejos de cómo manejar en estas circunstancias y nos prestaron una piola nueva, que al rato también se cortó.

Nos demoramos casi dos horas en llegar hasta Av. Matta, con los brazos adoloridos, mi polera blanca (cómo se me ocurre!) ya no tan blanca, y nuevamente el ego atropellado. Como soy bien señorita le compré una piola nueva y cumplí mi promesa de devolverla.

Aún me da vueltas. Tengo que decirlo para que pase, para que llegue algo a confirmar mis pensamientos o bien para que me saque la lengua en la cara, como esta vez.