lunes, noviembre 27, 2006

La Nana prometida

He tenido como 50 nanas; exactamente no sé cuantas, porque cuando iba como en la 43 dejé de contar, y eso fue como a las 15.

No sé cuál es el motivo de tanta rotación, si no somos ni tantos ni tan desordenados. Pero somos mañosos y nos entregamos poco. Ellas, que pasan gran parte del día solas, tienen ganas de puro conversar cuando uno llega y uno, sólo quiere silencio. Pero tampoco somos de esos que dejan que todo lo haga la nana. De hecho yo hago mi cama todos los días, incluso cuando viene ella. La ropa la lavamos entre nosostros, y ni de la comida se preocupa, porque a los 3 nos gusta cocinar.

Hay algunas emblemáticas, algunas muy divertidas, y otras del terror (ja!), pero igual cuando entran en tu casa y convives con ellas, son parte de tu memoria de familia. Cada una hizo lo que pudo y entregó cuanto quiso. Éstas son las que se grabaron en mi memoria:

- La Yuri, que no se llamaba así, pero que se juraba; con su delantal blanco y su platinado pelo largo, recorría la casa -incluso con bandeja en mano- cantando "Hombres al borde de un ataque, los celos, como niños, míralos".

- La Elena, que hacía unas escalopas con jamón y queso deliciosas.

- La Fanny, que hacía los gnoquis más ricos del planeta.

- La Cristina, que dejaba mi pieza inmaculada.

- La Olga, que a pesar de parecerse a Gollum, era amorosísima y siempre te esperaba para tomar once y a mi me acompañaba hasta el final.

- La Ximena, que hacía unos arreglos piramidales con fruta muy bonitos.

- La Bea, que se persignaba cada vez yo le contaba algo: "Mira me hice un tatuaje"; "Fui a Tunick"; "riégate la plantita!", fueron las que la dejaron turnia.

- La Rosa, que con su andar a lo doña Tremebunda me perseguía con la escoba para que fuera a hacer las camas.

- La Fanny peruana, que puso una aguja en un kühen que hizo. Siniestro!!

- La Raquel, que tenía como 9 hijos a sus 38 años y que te alucinaba con sus historias y con su forma de cocinar rico y entretenido con cosas fomes.

-El Nino (porque no faltó el nano/chofer) que era un gourmet y que se paseaba con un short de jeans corte ochentero que dejaba ver sus esculpidas piernas que moldeaba en su diario trote matutino.

- Gabriel, el Axel Rose mezcla con John Lennon, que cuartiaba a mis compañeritas de colegio.

- La Jannete, que le da lecciones de medicina a mi mamá pero que deja la casa sopladísima.

- La Gringa, que decía que hablaba inglés pero que chisporroteaba unas palabras que hiladas sonaban muy divertidas: "Today at looking the window i watched a bird big drinking the water".

- La Isabel, que me esperaba todas las tardes en la puerta de la casa y cuando yo me bajaba de la liebre, me abrazaba y hacía show como si no nos hubiéramos visto en meses.

Agradezco todas las entretenidas tardes con estas personas. A las no tan buenas les agardezco por no haber sido más malas. Las nanas no sólo son las personas que hacen en el aseo. Son como esos parientes lejanos que se instalan en tu casa y que son tremendamente cooperadores. Bueno, ni tanto, pero igual.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El nivel está subiendo, pero aún falta mucho.
Besos
Tu enemigo intimo (que me perdone el buen Sabina)

6:39 a. m.  
Blogger Diarios del Monociclo said...

Una vez más... no será como musho.

Yo lo que recuerdo fue cuando te conocimos, y tenías una nana que te valió fama de tirana. Después de eso parece que se calmaron de tanta rotación pues la Bea estuvo harto tiempo (y cambiaste tu fama de tirana a humana, jajaja)

8:39 a. m.  
Blogger Unknown said...

Oye.. que freak, yo he tendio solo una en mi vida... la chabe, tenia trece años cuando llego a trabajar (y vivir) a la casa... yo todavia no nacia y fue como mi hermana durante muuuuucho tiempo... y ahora que ya no trabaja para nosotros siempre ha estado medianamente cerca de la familia... un homenaje para ella! Su wea freak: un miedo incrible a las abejas (me lo heredó a mi finalmente, jajaja)

Saludos!!!
Pd: Lechuga por lo fresca, claro... pero es mi apellido también.

10:33 a. m.  
Blogger Señorita No said...

Yo he tenido sólo dos, pero una la recuerdo con más cariño. Chepita.
Una señora - hibrído, mezcla entre la esposa del viejito pasuero (por su gordura y ternura) y un jackson five (por su pelo, estilo onda disco). Era divertidísima y se reía por todo. Cuando digo todo es todooo. Un ¡Hola Chepita! equivaleia a un jijiji eterno. Ella si que NO tenía un NO como respuesta. De hecho, todavía en mi casa, cuando alguien está muy servicial, le decimos oye que andai Chepita, Chepitrepi o Chepín.
Cuando mi papá le hace juguito de naranja a ni sobrinito, él le responde ¡gracias Chepón!
Bueno cada uno con su cuento...
Saludos
(oye! harto fome se puso tu enemigo... un tanto meloso, aunque no hay peor enemigo que el que se hace el amigo)
Señorita NO

12:54 p. m.  
Blogger elojonoincomoda said...

Guajjajaja, re buen post, me sorprendiste Reta...
Yo debí tener unas 10, un batallón que se venía directo desde Peumo, la Vicki que era un pan de dios, la sra Nany que cocinaba kuchenes todos los días, pero que era negá para el aseo, la Carmen, que stuvo 13 años y yo la quiero como a nadie, pucha que era buena! también tuve una que nos pegaba... y la peor, la que se robaba nuestro calzones!!! nadie puede!
Yapo enemigo, ponte más cizañero, así nos gustas, malo, malo, y odiador!!!!

5:42 p. m.  
Blogger Vincent Vega Jr. said...

Podrìa decir que yo tuve mi ùnica nana, o lo que fuese, como a los 10 años. Digo "o lo que fuese" porque recuerdo que terminaba yo cuidandole a sus dos hijas pequeñas mientras ella se iba a fumar (al menos es eso lo que me decìan) con un tìo mìo, que tal??.

La Marcela tenìa 19 años y dos hijas de 3 y 1 año y medio, era tan flaca que se acostaba en una aguja y se tapaba con el hilo. Al final encontrò un mino con algo de plata y se fue con él a vivir a Iquique.

Esa es mi corta experiencia con nanas.

Gracias por el post.

Take care y nos leemos

V V Jr.

12:29 p. m.  

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