Bad news, Good news...o ¿cómo era?

No sé por dónde empezar. De cómo fue finalmente ir a la Fiesta de La Tirana después de tantos años diciéndolo. De lo impresionante que es ver las diabladas hora tras hora con un calor del tipo polerita-sin-mangas en pleno julio; o de la cola que hacía la gente para ver a la Virgen. O de la escapadita a San Pedro de Atacama, con la cabalgata de 5 horas con un guía demasiado buena onda que me hizo el tonto regalo. O de los regaloneos de mis tíos en Antofa. O el carrete del Adobe al lado del fogón y on fire. O de los paisajes nortinos; o del sueño de la vida en la playa. O el cambio de casa al depto. Tal vez de lo que significa dejar un hogar a la medida en el que viví 20 años. O que esté en un probable trampolin laboral. O la casa rodante. O de Amma. En verdad no sé por dónde empezar.