jueves, octubre 18, 2007

GPS

Una vida llena de aventuras. Desde los desérticos paisajes de Antofa hasta las resecas calles de Amsterdam. Desde matrimonios en castillos hasta eternas caminatas por volcanes; una fogata en un tarro de basura en una calle de Londres hasta pescando en los veraneos familiares. Una sonrisa amable y piernas de hierro. Mirada profunda y pies suaves. Imaginación galopante y manos firmes. Sentido del humor agudo y besos tiernos. Excelente cocinero y apasionado al hablar. Un gatito cuando tiene sueño y de inteligencia sin límites. Le gustan los inciencios y toma whisky. Ronca y canta canciones romanticonas cuando piensa que no lo estoy mirando. Cuando lo miro, ponemos sonrisa de aeropuerto y el corazón a mil. Lo encontré después de muchas estrellas fugaces. Y tiene una brújula que lleva a todas partes. Encontré mi GPS. Ahora a recorrer!

miércoles, octubre 03, 2007

Ese (in)discreto ego culpable

No dejo de sorprenderme cómo funciona la mente humana. Y también lo poderosa que es.

Hace días que vengo pensando en el Flayte y no porque esté pegada con él, sino todo lo contrario. Ahora estoy feliz, con un hombre de verdad y no un pendejo; con alguien que sabe lo que quiere y que no tiene miedo a decirlo.

Y si, en el fondo mi ego quería que el flayte me viera bien, pero como por cosas de karma no me gusta restregarle en la cara cosas a la gente, sólo pensé en que se enterara.

La cosa es que mi mente divagaba en el porqué las cosas fueron tan feas con él, cuando desapareció para mi cumpleaños, o cuando me cortó el teléfono 3 veces en un día, o el escandalillo que me hizo en el local donde trabaja... Pero obviamente yo, orgullosa a mango, no lo contactaría para contarle. Y no fue necesario, porque él me habló. Si. Sin criterios, tapujos ni remordimientos, me dirigió la palabra después de 3 meses y medio.

Lo que conversamos no importa. Aunque no se puede decir que conversamos porque yo evadí cuanta pregunta pude, porque no me interesa que se entere de mi vida, que si pude rehacerla después de su cochinada o si le guardo rencor o no.

Pero él, muy patudo -y tan flayte como siempre- me habló como si nada para contarme que está pololeando. Eso quería, contarme.

Si no estuviera tan plena porque los astros me han concedido con creces un deseo, hubiera quedado mal. Triste. Frustrada. Pero la verdad es que me dio lástima. Lástima de su ego adolescente que quería "limpiarse" al dirigirme la palabra y agrandarse al contarme de su nuevo estado. Y yo también, pensando en que quería que me viera...cuando ya no importa, porque para mi no hay pasado ahora, sólo futuro.

El ego nos maneja muchas veces. Recién ahora, cuando su ego está firme, con una mujer al lado, se atreve a hablarme. Y yo con mi ego que quiere reivindicarse, lo llamé, mentalmente, pero lo llamé.

Por Dios como somos presa del ego, y qué poderoso que es. Pero seguirlo a veces no es bueno, el ego a veces juega una mala pasada y termina mostrándole al otro el porqué alejarse.